Un anticongelante es un producto que se diluye en agua, dando lugar a un líquido refrigerante cuya función primaria es proteger un sistema mediante la disipación de calor para mantener el sistema en la temperatura óptima de trabajo. Esto se realiza disminuyendo el punto de congelación de la base elegida para refrigerar/evacuar el calor del sistema. Los anticongelantes están compuestos por un fluido base, normalmente por monoetilenglicol (MEG) o propilenglicol (PEG), al que se le añaden aditivos para proteger el sistema de la corrosión y oxidación. La protección a la corrosión es para todo tipo de metal y/o aleación, con especial énfasis a las aleaciones de aluminio y metales ligeros.
Los anticongelantes han ido evolucionando con el tiempo, y actualmente existen tres tipos de tecnologías básicas disponibles según los inhibidores de corrosión utilizados:
● Tecnología de aditivos inorgánicos (IAT): basada en nitratos, silicatos, fosfatos y/o boratos.
● Tecnología de aditivos orgánicos (OAT): basada en ácidos orgánicos, libre de silicatos y fosfatos.
● Tecnología de ácido orgánico híbrido (HOAT):
– Si-OAT: basada en ácidos orgánicos y silicatos, libre de nitratos y fosfatos.
– PSi-OAT: basada en ácidos orgánicos, silicatos y fosfatos, libre de nitratos.
– NOAT: basada en ácidos orgánicos, que contiene nitritos y/o molibdeno, libre de silicatos y fosfatos.
– POAT: basada en ácidos orgánicos, que contiene fosfatos, libre de silicatos.
En el sector de automoción, existen varios tipos de anticongelante según su tecnología principal y el tipo de motor.
El grupo Volkswagen define unas especificaciones que han cambiado con los años, para proteger el motor y mantener la temperatura idónea.
En LUMAR, disponemos de una amplia gama de aditivos y paquetes para anticongelantes: